La vicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo, ha reconocido este jueves que la región “no le está prestando suficiente atención” a la crisis en Nicaragua, a pesar de que es “sumamente preocupante”, debido a la acuciante necesidad de resolver antes el caso venezolano.
“Quizá los países de la región no le estamos prestando suficiente atención”, ha dicho la ‘número dos’ del Gobierno de Juan Carlos Varela, preguntada sobre la crisis en Nicaragua durante un coloquio organizado por la Universidad Camilo José Cela en Madrid.
De Saint Malo ha explicado que “la situación en Venezuela es tan grave” que está absorbiendo todos los esfuerzos regionales. “Quienes estamos en posiciones de poder”, ha revelado, “decimos: ‘Bueno, vamos a terminar con Venezuela antes de entrar con Nicaragua“.
Sin embargo, ha afirmado que la nación centroamericana sufre una situación “sumamente preocupante”. Así, ha enfatizado que “el porcentaje de víctimas (…) ha sido comparativamente mayor” que en Venezuela, porque solo en los tres primeros meses de la crisis política que estalló en abril de 2018 hubo de más de 300 muertos en Nicaragua.
La vicepresidenta panameña ha indicado que Nicaragua sufre actualmente un “impasse” porque el diálogo con el que el Gobierno de Daniel Ortega y la Alianza Cívica aspiraban a encontrar una solución está suspendido desde marzo, apenas un mes después de que fuera retomado, tras los contactos iniciales del mismo abril de 2018.
De Saint Malo ha considerado que, en el caso nicaragüense, hay un “reto interno” adicional porque “durante muchos años realmente no hubo oposición política”. “Es muy bueno que la sociedad civil esté involucrada, es necesario, eso va a hacer la lucha más legítima, pero la sociedad civil no gana elecciones, eso lo hacen los partidos políticos”, ha dicho.
A este respecto, ha planteado “qué pasaría si mañana Ortega dijera: ‘Accedo, vamos a elecciones en seis meses'”. “¿Está el país preparado para producir candidatos que puedan de manera efectiva participar en un proceso electoral y ganar elecciones? No lo sé”, ha contestado.
En este contexto, ha estimado que “el rol de la comunidad internacional está en mantenernos vigilantes, denunciar y tender una mano amiga a quienes salen del país”. “Yo quiero hacer un llamado a que no dejemos de prestar atención a Nicaragua”, ha declarado.
MÁS PRESIÓN SOBRE MADURO
En cuanto a Venezuela, ha expresado su preocupación por que la crisis humanitaria –“que no solo permanece sino que se agrava”– “debilite los esfuerzos para recuperar la democracia”. “Si tienes que elegir entre luchar por el sistema político en tu país o dar de comer a tus hijos, es una elección bastante complicada”, ha ilustrado.
En concreto, ha llamado la atención sobre el potencial de Venezuela para trasladar esta crisis humanitaria a los países vecinos, debido al creciente flujo migratorio. Según Naciones Unidas, en los últimos años más de tres millones de venezolanos han cruzado la frontera y, si la tendencia continúa, a final de 2019 podrían llegar a los cinco millones.
“La pregunta es ¿las enfermedades se quedan dentro de las fronteras de Venezuela? (…) No, las enfermedades transitan con los migrantes (…) Entonces, todos los esfuerzos se salud pública, con los avances de tantos años, en la región (…) se ven absolutamente en riesgo”, ha sostenido.
Panamá acoge ya a 100.000 venezolanos, una cifra que la propia De Saint Malo ha calificado de menor si se compara con el millón que hay en Colombia, aunque al mismo tiempo ha recordado que la nación interoceánica cuenta en total con cuatro millones de habitantes. “Proporcionalmente es un número considerable”, ha señalado.
En la parte positiva, ha valorado que, a diferencia de los últimos años, esta vez la oposición venezolana cuenta con un “liderazgo claro” gracias a Juan Guaidó, que el 23 de enero se autoproclamó “presidente encargado” para impedir que Nicolás Maduro siga adelante con un segundo mandato que la disidencia interna y gran parte de la comunidad internacional no reconocen porque creen que las elecciones presidenciales del 20 de mayo fueron un fraude.
La vicepresidenta panameña ha defendido las sanciones como la mejor forma de resolver la crisis venezolana, desechando el argumento de que pueden agravar las condiciones humanitarias en el país porque “la población venezolana ya sufría antes de que hubiera sanciones internacionales“.
De Saint Malo ha apostado particularmente por la vía del Grupo de Lima –del que Panamá forma parte–, porque, si bien ha agradecido los “esfuerzos de la UE”, “sigue creyendo en una salida negociada”. “Y nosotros hemos visto demasiadas veces ya al presidente Maduro engañarnos a todos y comprar tiempo con el tema del diálogo”, ha apostillado.
Se ha mostrado convencida de que, para el Gobierno de Maduro acceda un acuerdo político que permita una salida pacífica a través de “elecciones libres”, hay que aumentar la presión con nuevas medidas punitivas sobre el líder ‘chavista’ y su círculo de confianza.
También ha observado con preocupación la “alineación geopolítica” en torno a la crisis de Venezuela, en una referencia velada a Estados Unidos y Rusia, que apoyan a Guaidó y Maduro, respectivamente. “No debemos permitir que otros países usen esto como un escenario de confrontación porque puede ser un obstáculo”, ha defendido.
“ESTADOS FALLIDOS”
Por otro lado, ha hablado de las caravanas centroamericanas que desde el octubre han partido de El Salvador, Honduras y Guatemala –el llamado Triángulo Norte– rumbo a Estados Unidos generando una crisis humanitaria en la frontera norte de México, donde han sido frenados por la Administración de Donald Trump.
De Saint Malo ha manifestado su pesar por el hecho de que una región que creía superados los problemas de violencia que la asolaron durante los años 80 y 90, “hoy ve de nuevo un Triángulo Norte con retos enormes impregnados de violencia, de carencia, de redes”, con “países que pudiéramos decir incluso que son estados fallidos”.
En una alusión indirecta a Trump, la ‘número dos’ ha advertido de que “las amenazas o las menciones a cortar la ayuda (…) no van a contribuir a una salida a la crisis que enfrentan estos países”.
Asimismo, ha querido destacar que la región no solo padece la emigración de venezolanos, nicaragüenses y centroamericanos. Según ha contado, “miles y miles de migrantes extra continentales” llegan todos los años a través de Ecuador y Brasil, con regimenes migratorios más laxos, para “literalmente caminar hacia Estados Unidos”.
Europa Press.
ElTocuyoAlDia
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