Cuando la joven venezolana de 22 años salió de su país, nunca pensó que sería una de las migrantes en caer en manos de la explotación sexual.
Alexandra (nombre que uso para resguardarse), decidió cruzar la frontera con Colombia junto con su hermano mayor a buscar dinero porque su familia “estaba comiendo una vez al día”.
Al llegar no contaba con ningún recurso, ni el apoyo de nadie pero si tenían mucha esperanza de encontrar una oportunidad que mejorará la calidad de vida de sus familiares en Venezuela.
Durante días tuvieron que pedir dinero en las calles para poder costear el pasaje hasta Bogotá, donde unos conocidos los esperaban para ofrecerles hospedaje y trabajo. Pero su destino cambió con otra recomendación y se fueron hasta Barranquilla, donde comenzaron a laboral.
Una situación se presentó cuando su hermano fue detenido, “Él era el que llevaba la mayor parte del dinero a la casa, casi que quedé en la calle”.
En busca de una actividad más estable, una venezolana le recomendó sobre un lugar donde ofrecía comida, alojamiento, trabajo y hasta le ofrecían conseguirle cédula colombiana a cambio de desnudarse frente a una cámara web.
Al llegar, nota que la casa tenía pequeños cubículos con un computador y objetos sexuales que debía usar durante las sesiones. “Había unos que nunca había visto, otros compañeros me enseñaron a usarlos (…) No me gustaba, todavía siento vergüenza, pero necesitaba comer y mandar a mi casa”, contó. Nunca pudo mandar. A los pocos días se dio cuenta que no los dejaban salir del lugar, y entonces conoció las verdaderas condiciones “me pidieron tener sexo con otro compañero frente a las cámaras”.
“Una se siente sucia, sabía que tenía que salir de ahí”, reseña Infobae
Alexandra, cuenta que unos 30 venezolanos dormían arrumados en pequeñas habitaciones, hombres, mujeres y transexuales. Además, cumplían horarios de ocho horas de trabajos, y cada mes les pagaban 64,5 dólares de los cuales debían pagar la estadía y las tres comidas que les suministraban al día.
Dos meses después de su llegada la Policía desmanteló, en dos días, unas casas en el barrio Los Andes cuyos propietarios explotaban sexualmente a migrantes a través de la modalidad webcam. Unos 60 venezolanos fueron encontrados. Dos falsos religiosos capturados.
ElTocuyoAlDia
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