La misa en honor a Nuestra Señora de Altagracia transcurría sin inconvenientes. De repente, en apenas segundos comenzó a propagarse el rumor: una comisión del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) se encontraba en las afueras de la iglesia de Altagracia del municipio Jiménez, estado Lara, presuntamente en espera de Monseñor López Castillo.
Al término de la ceremonia, el máximo jerarca de la Iglesia en Lara salió de la iglesia sin mayores complicaciones, y abordó un vehículo que lo trasladó a su hogar. “Fue más el susto que otra cosa”, contó a Efecto Cocuyo.
“Presumo que hacen esto por haber dicho que hay venezolanos comiendo de la basura. Quieren que calle mi voz”, expresó el también arzobispo de Barquisimeto, quien alegó el pasado 14 de enero, en la homilía de celebración de las festividades de la Divina Pastora, que “la mayoría de nuestro país no creemos en el comunismo socialista fracasado”.
Dicha declaración causo malestar en el Gobierno nacional, especialmente en el diputado y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, quien dijo que “ustedes (los sacerdotes) no pueden ir a una misa como si fuesen a un mitin político, no pueden, no deben hacerlo, se ve muy feo, porque provocan que alguien después en plena misa se pare y le digan cuatro cosas”.
Tres días después de la homilía, el 17 de enero, un grupo de oficialistas se congregó frente a la residencia del Arzobispo de Barquisimeto, donde gritaron insultos e improperios contra el prelado en rechazo a sus palabras ofrecidas sobre la situación política, social y económica del país.
Para monseñor López Castillo es muy importante mostrar fortaleza para poder demostrar que son mayoría los que quieren “una mejor Venezuela“. Así, ante posibles amenazas y represalias por parte del oficialismo, aseguró que “no tiene miedo porque solo está diciendo la verdad” y aseguró que el Gobierno “no cree en la libertad de expresión”.
Foto y video: El Impulso