Juan de Carvajal, fundador de El Tocuyo, fue ahorcado el 17 de septiembre de 1546, acusado de la muerte del capitán general Philipp von Hutten.
Juan de Carvajal nació al parecer en Villafranca del Bierzo, Reino de León en 1513. Otros historiadores aseguran que provenía de Villafranca de los Barros, Badajoz.
Llegó a territorio de la Provincia de Venezuela en la expedición alemana de los Welser de Augsburgo que arribó a Santa Ana de Coro en 1529.
El 16 de noviembre de 1530, ejerció de escribano público y de registrador en un asentamiento documental en la villa de Maracaibo. Posteriormente es escribano oficial en Coro y procurador general de la Provincia de Venezuela.
Como procurador general, Carvajal puso demanda contra Georg von Speyer y demás miembros de la compañá de los Welser en un juicio de residencia realizado en Coro. En el juicio, Carvajal acusó a la gente de los Welser de incumplir las cláusulas de las capitulaciones firmadas con el rey Carlos I, de hipotecar a los soldados por venderles alimentos, vestimenta y enseres a precios abusivos, además de evadir el porcentaje del oro que por el quinto correspondía a la Corona. Insistió también que durante las marchas perecieron más de seiscientos alemanes, mil españoles y unos seis mil indígenas que les acompañaban como porteadores.
Concluido el juicio, en 1540 Carvajal es requerido en Santo Domingo para que sea relator de la Real Audiencia de Santo Domingo. Ejerció esa actividad hasta diciembre de 1544.
En 1544, Carvajal regresó a Coro. Es designado teniente de gobernador, o gobernador interino, ya que se desconocía el paradero del capitán general Philipp von Hutten. Von Hutten había emprendido hace más de cuatro años una exploración al país de los omaguas y se creía que había muerto. Carvajal juntó a la mayoría de las familias de Coro y se las llevó hacia un valle fértil, donde puedan sembrar y criar animales. El 8 de diciembre de 1545 fundó la ciudad de El Tocuyo, junto al río del mismo nombre.
En 1546, volvíó a Coro el capitán general Philipp von Hutten. Al pasar por El Tocuyo, se enteró de que Carvajal había sido nombrado como su sustituto. Von Hutten se encolerizó y le pidió a Carvajal cuentas del por qué había fundado aquella ciudad. Carvajal intentó explicarle, pero ambos se enzarzan en una discusión de tono desagradable y sacaron las espadas, pero no llegaron a agredirse. Von Hutten quiere despoblar El Tocuyo y llevarse otra vez la gente a Coro. Carvajal se opone a las intenciones de von Hutten. Mientras ambos discutían, Bartolomé Welser VI el Joven (hijo de Bartolomé Welser V el Viejo), quien acompañaba a von Hutten, le dio a Carvajal con el palo de la lanza y lo tiró en el barro. Acto seguido, los soldados expedicionarios desarmaron a los de Carvajal y se fueron a Coro, llevándose armas y caballos de aquellos que estaban con Carvajal. Carvajal convocó a los suyos y salen contra von Hutten. Al caer la tarde, los alcanzaron en el camino. Vuelven a producirse los insultos y las amenazas. Carvajal ordenó a sus hombres que decapiten a von Hutten, a Bartolomé Welser y tres españoles más del escuadrón de los alemanes. Luego, Carvajal regresó a El Tocuyo.
La Real Audiencia de Santo Domingo se enteró de lo sucedido con von Hutten. Al cabo de mes y medio, Carvajal fue arrestado por las fuerzas del juez Juan Pérez de Tolosa. Se celebró un juicio de residencia. Carvajal se defendió alegando que si había mandado ajusticiar a von Hutten, era en defensa de las exigencias legítimas de los corianos y del poblamiento recién fundado, mirando por la prosperidad de la gente que había sacado de Coro sumida en la pobreza por los Welser.
Oídas sus declaraciones, el juez Pérez de Tolosa dictó sentencia el 16 de septiembre de 1546: “Condenamos al dicho Juan de Carvajal, reo acusado, a que sea sacado de la cárcel pública donde está, atado a la cola de un caballo, e por la plaza de este asiento sea llevado arrastrando asta la picota e horca, e allí sea colgado del pescuezo con una soga de esparto o de cáñamo, de manera que muera de muerte natural, e ninguno de allí sea osado de le quitar sin licencia de mí, el dicho. Gobernador, so pena de muerte”.
Según testimonio del escribano Juan Quincoces de la Llana, al pronunciarse la sentencia, Carvajal tomó la palabra y se dirigió a las autoridades diciendo que sólo él era responsable de la muerte de Hutten, de Bartolomé Welser y de sus tres compañeros. Fue ahorcado el 17 de septiembre de 1546.