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Hugo Chávez expropió casi 1,200 empresas en diez años


El chavismo instauró una política para desincentivar la presencia de compañías internacionales en Venezuela, que abarcó casi todos los sectores de la economía y en particular los de construcción, agroindustrial, petrolero, comercial y alimentos.

A julio del año pasado, la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), un organismo venezolano que congrega a los principales productores de Venezuela, entregó un estudio cuyas cifras demostraban la destacada intervención del gobierno de Hugo Chávez en el sector empresarial que opera en el país vecino.

Según esta investigación, se intervinieron 1,168 compañías en una década, exactamente entre el 2002 y el 2012. Los cinco sectores económicos donde hubo un mayor número de expropiaciones de empresas fueron: construcción, agroindustrial, petrolero, comercial y alimentos.

Un sondeo más actualizado de este organismo, que incluye los 13 años que Chávez permaneció en el poder, sube la cifra de compañías, galpones y terrenos expropiados a 1,440.

El Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), citado por El Mundo, de la Red Iberoamericada de Periodismo Económico (RIPE), calcula que sólo entre el 2005 y el 2010 las expropiaciones sumaron 1,167 firmas. De este total, 256 compañías operaban en el sector de alimentos, 155 en comercio y 78 en el petrolero.

Para Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, era clara la tendencia el presidente Chávez, quien falleció el martes pasado a los 58 años, de reducir la presencia de firmas internacionales en ese país.

“Las expropiaciones fueron el resultado de un proceso sistemático implantado por el gobierno del vecino país para desincentivar la presencia de estas compañías. Muchas empresas se resistían a medidas, como por ejemplo, la reducción del horario laboral que desfavorecía al empleador o como el control de precios. En todo caso, estas firmas fueron expropiadas y más aquellas que se consideraban estratégicas para la superviviencia de la economía”, dijo.

Rodríguez destacó que aunque la merma de inversión extranjera en el mercado venezolano es perjudicial para la economía, destacó como positivo que el gobierno de ese país fue responsable al pagar las expropiaciones.

“El gobierno de Chávez siempre ha pagado por las expropiaciones aunque hayan casos que están demorados. Las firmas que no eran de los afectos de este gobierno tenían más complicación a la hora de negociar la venta, contrario a las empresas que colaboraran con la campaña del chavismo”, agregó el especialista.

ADIÓS A LA FRANCO-COLOMBIANA


Uno de los casos de expropiación que más llamó la atención en Venezuela fue la del Grupo Éxito a comienzos del 2010. Durante el programa dominical que realizaba Chávez, el mandatario dijo: “Ordeno que se abra un expediente con miras a un proceso expropiatorio de la cadena Éxito”.

Según lo explicaron voceros de la cadena franco-colombiana: “En el 2010 la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela declaró de utilidad pública e interés social todos los bienes inmuebles donde funcionaban los almacenes que operaban bajo la marca Éxito, y el presidente de Venezuela ordenó la adquisición forzosa de los activos que conformaban la cadena”.

El grupo informó que para ese momento el principal accionista de Cativen (operador del Éxito en Venezuela) era el Grupo Casino de Francia, matriz también del Éxito.

“Ante esta decisión, Casino celebró un acuerdo con la República Bolivariana de Venezuela para la venta de 80.1% de las acciones de Cativen. En este porcentaje estaban comprendidas todas las acciones pertenecientes al Éxito, equivalentes a 28.62% del capital de Cativen, las cuales fueron transferidas a Casino para que a su vez pudiera venderlas al Gobierno de Venezuela”, informó la corporación.

Después de las negociaciones, finalmente se acordó que el gobierno venezolano pagaría 90.5 millones de dólares por la expropiación de la cadena, la cual pasó a llamarse Bicentenario. “A finales del 2012 Éxito recibió la última cuota del precio acordado, con lo que a la fecha se encuentra completamente cancelado el precio por esta venta”, concluyeron los voceros del grupo.

EL CASO ARGOS


Otro de los casos de intervención gubernamental que generó polémica fue la de la cementera Argos en el 2007. En ese año, la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó por mayoría, después del anuncio hecho por Chávez, la expropiación de los activos cementeros propiedad de la Corporación Cemento Andino.

Esta compañía, con capacidad para producir 750,000 toneladas anuales de clinker, fue adquirida por Argos en 1998 por 81 millones de dólares. Tres años después del anuncio, la cementera aún esperaba el pago de la indemnización, cifra nunca revelada.

La empresa Owens Illinois, dedicada a la fabricación de los envases de vidrios, fue la primera de la lista de compañías expropiadas después que el presidente Chávez inició en el 2007 su plan de nacionalización en áreas estratégicas, como el telefónico, alimentario y petrolero.

Ese mismo año, la petrolera PDVSA tomó el control de los campos de explotación de la Faja de Orinoco, calculadas en 316,000 millones de barriles, mientras que las empresas ExxonMobil y ConocoPhilips rechazaron conformar una entidad mixta con mayoría accionaria de PDVSA y por esta razón iniciaron un litigio. Como resultado, en el 2012 el gobierno tuvo que pagarle a ExxonMobil la suma de 900 millones de dólares.

Aduciendo el interés de garantizar la seguridad alimentaria del país, Chávez también expropió Lácteos Los Andes en el 2008 y anunció que nacionalizaría toda la industria cementera en Venezuela.

El gobierno compró dos cementeras internacionales, la francesa Lafarge (por 552 millones de dólares) y la suiza Holcim (por 267 millones de dólares) y expropió la filial de la mexicana Cemex.

En enero del 2009, la estadounidense Cargill fue intervenida al ser acusada de atentar contra la ley de producción de alimentos al controlar los precios. Por la misma época, el gobierno formalizó la compra del Banco de Venezuela al Santander, con valor inicial de 1,050 millones de dólares y también adquirió de manera forzosa el complejo de hoteles de la cadena Hilton.

EMPRESAS NACIONALES, CON POCA SUERTE


El plan de nacionalización de Chávez no solo tocó a las empresas internacionales o multinacionales. El interés del mandatario por controlar el poder empresarial y productivo en el país vecino también llegó a las firmas nacionales de diferentes sectores. Algunas de esas empresas que fueron intervenidas son: Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (Cantv), Electricidad de Caracas, la cadena de automercados Cada, la empresa de alimentos Sociedad Mercantil Molinos Nacionales, Empresa Industria Nacional de Artículos de Ferretería, la textilera Silka, Matesi (49.8% propiedad de Sidor) y el Teléferico de Caracas,en manos de un privado.