Corea del Norte entregó a USA una factura de hospital por USD 2 millones antes de liberar a Otto Warmbier


Corea del Norte exigió a Estados Unidos el pago de una factura de 2 millones de dólares por la atención sanitaria que recibió el estadounidense Otto Warmbier, detenido por Pyonyang y que cayó en coma durante su detención, antes de permitir su regreso a su país natal en 2017, según ha desvelado este jueves el diario ‘The Washington Post’.

El enviado estadounidense para llevar de vuelta al estudiante de la Universidad de Virginia, Joseph Yun, firmó un documento accediendo al pago, por orden del presidente, Donald Trump, siendo remitida entonces la factura al Departamento del Tesoro, donde estuvo sin pagar durante 2017, según han contado al diario dos personas conocedoras del caso.

Sin embargo, no está claro si el Gobierno estadounidense ha procedido posteriormente a su pago o si esta cuestión fue uno de los temas abordados por Trump durante las dos cumbres que ha mantenido en el último año con el líder norcoreano, Kim Jong Un. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se ha limitado a señalar que no es costumbre “comentar las negociaciones sobre rehenes, por eso es por lo que han tenido tanto éxito durante esta Administración”.

Warmbier fue detenido en Pyongyang el 1 de enero de 2016 tras llevarse un cartel propagandístico en un hotel y condenado a 15 años de cárcel con trabajos forzados en marzo de ese mismo año por lo que se consideró un “acto hostil contra el Estado”. El joven cayó en coma por razones que se desconocen, si bien las autoridades norcoreanas no informaron de su estado a Washington hasta junio de 2017.

Yun y el médico Michael Flueckiger viajaron a Pyongyang, donde visitaron a Warmbier en el Hospital Amistad del distrito diplomático, en el que solo se trata a extranjeros. Tras examinarle y hablar con los médicos, Flueckiger elaboró un informe. Según ha contado, era “evidente” que el estadounidense había recibido “muy buena atención”, al margen de lo que le ocurrió que le dejó en coma.

“Rescate”

Por su parte, Yun, que trabajaba para el Departamento de Estado, recibió una factura de 2 millones de dólares de las autoridades norcoreanas, que le insistían en que firmara una autorización de pago antes de permitir que Warmbier volviera a casa, según las fuentes consultadas por el ‘Washington Post’. Tras hablar con el entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, que a su vez habló con Trump, el funcionario firmó la autorización, por lo que finalmente Warmbier pudo volar de vuelta a Cincinnati.

Su padre, Fred Warmbier, ha asegurado al diario que no había oído hablar de una factura de hospital aunque ha considerado que sonaba como un “rescate” por su hijo, que falleció seis días después de su llegada a Estados Unidos, sin que aún se haya aclarado qué fue lo que provocó la hemorragia cerebral que le dejó en coma.

Fred Warmbier ha acusado a las autoridades norcoreanas de golpearle y torturarle bajo custodia, pero los médicos que le examinaron en Estados Unidos sostienen que no hay pruebas de ello. Tras su muerte, no se llevó a cabo autopsia a petición de la familia. Por su parte, Pyongyang asegura que el joven enfermó tras comer cerdo y espinacas, pero también ha dicho que sufrió una grave reacción alérgica a los sedantes que le administraron.

Los padres de Otto Warmbier denunciaron a Corea del Norte por la muerte de su hijo y el pasado diciembre un tribunal condenó al país a pagar 501 millones de dólares en daños, un dinero que Pyongyang seguramente nunca pagará. El matrimonio ha responsabilizado a Kim Jong Un de lo ocurrido, pero Trump dijo durante su segunda cumbre en febrero que cree al líder norcoreano cuando dice que no sabía lo ocurrido.

Europa Press.



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