Llenar un tanque de gasolina en algunos estados del país se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los venezolanos, no solo por las largas colas que se deben realizar en el proceso, sino también por la constante corrupción dentro de las estaciones de las gasolineras
En prácticamente todas las bombas del estado Táchira se ha “institucionalizado” el cobro de vacunas para los “coleados”, pagos que van desde los 40 mil pesos, en el caso de camiones y unos 15 mil pesos en el caso de carros pequeños.
La única norma fija en estos casos es que no se aceptan bolívares como forma de pago, pero si se desea cancelar con productos de la Cesta Básica, tales como harina, caraotas u azúcar, es posible siempre y cuanto se tengan los “contactos”.
Casi todas las bombas de servicio del estado se mantienen custodiadas por uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana y Ejército, sin embargo, esto no amortigua el caos y los cobros en pesos para quienes desean evitar pasar entre 8 y 10 en una cola, según lo reseñado por el diario La Nación.
La venta de gasoil, mayormente usada por el transporte público y de carga, es sin lugar a dudas el negocio más lucrativo que el abastecimiento de gasolina, pues en las estaciones de servicio ubicadas en la Marginal del Torbes, así como en predios del Terminal de La Concordia, tanto isleros al igual que militares y policías, cobran igualmente en pesos a los “ coleados” o en su defecto, exigen que cada dueño de volteo, camión o colectivo, les “donen” 30 litros de gasoil.
Como si fuera poco, de acuerdo con denuncias formuladas por conductores y dueños de colectivos, en las estaciones de servicio donde se surte de gasoil, operan en complicidad con isleros, autoridades y camioneros, una mafia de contrabando de este combustible, para lo cual en camiones volteos se llenan pipotes y bidones, ya que se cuentan hasta con diez TAG o chips electrónicos para este tipo de ilícitos.
ElTocuyoAlDia
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