Hace siete meses, Ederis Navas, una abogada venezolana, decidió emigrar hacia Colombia. La mujer se gana ahora la vida vendiendo café en las calles de Barranquilla para sobrevivir y mantener a su hijo que sufre de una discapacidad que no han podido tratar.
“Los primeros días fueron difíciles, no es fácil vender café luego de haber hecho una carrera y tener casos que resolver en los estrados venezolanos”, expresó al medio RCN de Colombia. Ederis ha contado con la ayuda de personas desinteresadas que se le han presentado como ángeles, como una mujer que le cuida a su hijo mientras ella trabaja en el centro de la ciudad de Barranquilla.
A veces la pena y el dolor la acechan, pero sus amigas que también emigraron y que son enfermeras, doctoras y abogadas, la animan para que siga adelante y no decaiga en la lucha que enfrenta día a día.
“El cambio es demasiado drástico, de tenerlo todo a no tener nada, de pagar mensual las cosas a pagarlas a diario”, señaló.
ElTocuyoAlDia
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