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Fin de “la era Chávez”: Expertos explican por qué cae la izquierda latinoamericana








Foto: Expresidente Hugo Chávez encabezó el movimiento de izquierda en América Latina/ Archivo 


El fin de “la era Chávez” en Latinoamérica es evidente. Los últimos cambios políticos en la región confirman la caída del movimiento de izquierda que impulsó el expresidente venezolano en el cono sur.

Mauricio Macri (Argentina), Pedro Pablo Kuczynski (Perú) y Michel Temer (Brasil) parecen ser las caras de un nuevo liderazgo de derecha que desplaza poco a poco al llamado “Socialismo del siglo XXI”. Y aunque en Ecuador aún se esperan los resultados de las elecciones presidenciales, la propia incertidumbre demuestra el cambio de dirección que se está gestando en ese país.

En su momento, el presidente saliente y fiel aliado del exmandatario Hugo Chávez, Rafael Correa dominó ampliamente las urnas ecuatorianas. Ahora la situación es otra. Su candidato, Lenin Moreno, está al borde de ir al balotaje por no lograr el 40% de los votos necesarios para ser proclamado como jefe de Estado.

Además, la suma de los resultados preliminares de los candidatos opositores (60,82%) supera por mucho al 39,18% que hasta ahora cosecha el oficialista y aspirante a suceder a Correa. Todo parece indicar que Moreno se ha visto favorecido por la falta de unidad dentro de la oposición ecuatoriana.
Pero, ¿por qué está cayendo la izquierda latinoamericana?

No es casual que el declive de la izquierda en la región viniera de la mano del desplome de los precios de materias primas como el petróleo.

“Estos Gobiernos populista tuvieron una alta popularidad cuando los precios de las materias primas estuvieron altos, algo que no dependía de su actuación económica sino del mercado mundial”, señala el exembajador Sadio Garavini. Alega que estos modelos basados estrictamente en la repartición de una riqueza que no crean entran en crisis al no tener el dinero para sostenerse.

Venezuela es un claro ejemplo de lo descrito por el diplomático. La caída de los precios del petróleo dejó en evidencia el mal manejo de los recursos nacionales por parte del Ejecutivo, llevando al país a su peor crisis en los últimos años con una inflación valorada por encima del 700% para finales del 2016.

A ello, se unen los sonados casos de corrupción en los que estuvieron envueltos los mandatos de izquierda. De todos, destaca el más reciente de ellos: Odebrecht.

La constructora brasileña habría realizado coimas de dinero y sobornos, a funcionarios públicos de Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela durante los últimos 20 años, para obtener beneficios en contrataciones públicas, según investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense.

Dicho caso “toca a casi todos los Gobiernos de la región y lo más notorio es que en Venezuela, que después de Brasil fue donde se hizo la mayor cantidad de trabajo al recibir 98 millones de dólares, según la fiscalía brasileña, y es donde menos ha pasado nada con este tema”, afirma Garavini.

El diplomático alude a la orden de detención al expresidente peruano Alejandro Toledo y al encarcelamiento del presidente de la constructora en Brasil.

“Aquí ni siquiera nos hemos enterado públicamente de quiénes recibieron algo de esos 98 millones de dólares, pese a que la gran cantidad de obras de Odebrecht ni siquiera están terminando”.

El efecto Trump

La llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense es uno de los recientes golpes recibidos por la izquierda latinoamericana. El mandatario parece tener un gran interés en los problemas de la región, en especial por Venezuela.

“La política del magnate hacia Latinoamérica es una cuestión difícil que se le está presentando a este movimiento, precisamente por el tema de la inmigración y el favorecimiento que le quiere dar el presidente de EEUU a sus connacionales que estén esparcidos en varias partes del mundo”, indica el internacionalista Rafael Hernández Sánchez.

Resalta que este cambio de timón en la Casa Blanca ha mermado el poder de la izquierda en la región por la cercanía de Trump con Rusia y sus posibles estrategias para alejar a China del continente.

“EEUU no ve con buenos ojos esas relaciones con Pekín y Moscú, por lo que posiblemente su política exterior llegará a un acuerdo con estos países a cambio de otras ventajas en otras regiones en el mundo”.


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