A juicio del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, el Gobierno fue el responsable de que en 2016 no se realizó un referendo revocatorio al presidente Nicolás Maduro.
"El responsable de que no se hizo el referendo revocatorio fue el Gobierno; pero al final el diálogo es el único remedio para la corrupción", así lo manifestó este sábado durante la CVII Asamblea de la CEV.
En este sentido, se refirió a la agenda del diálogo en Venezuela y consideró que tanto el Gobierno como la oposición asumieron el diálogo como una “estrategia política”. "No se tomaron las medidas para tomar soluciones efectivas", acotó.
"La facilitación no frustró el referéndum revocatorio. El secuestro del referéndum revocatorio se produjo 10 días antes del inicio del diálogo".
Monseñor Padrón además argumentó que "no hubo sincera voluntad de dialogar". "Las partes no asumieron el diálogo como una solución, sino para otros fines", aseguró.
"La culpa del fracaso no es del diálogo ni de los facilitadores, sino de la partes sentadas en la mesa (...) Algunos han querido culpar a la Santa Sede de su mediación; otros han querido descalificar a la CEV y otros han intentado descalificar al enviado del Papa e incluso al Papa".
Oposición
Asimismo, monseñor Diego Padrón se refirió a los representantes de la oposición en la mesa de diálogo y señaló que "deberían aceptar que no se comportaron a la altura".
"Prefirieron conservar su candidaturas e intereses (...) Faltó el apoyo de la ciudadania y de la sociedad civil", afirmó.
Balance 2016
También afirmó que el 2016 terminó "muy mal, con gran desesperanza" y el único "responsable de que no se haya dado el referendo revocatorio fue gobierno nacional".
En tal sentido, dijo que la CEV renovará en los próximos días su exhortación a todos los sectores del país para trabajar en función de superar la crisis que en su consideración vive el país, así como indicó que la institución ratifica y respaldó al cardenal Jorge Urosa en su "mensaje de alerta al pueblo católico".
"El desabastecimiento de alimentos es la negación palpable de una economía sana (...) ".
Para el máximo representante del episcopado venezolano, "la inseguridad y la violencia incontroladas es la negación de la capacidad de gobernar con justicia y orden".