El empresario Ricardo Pessoa, uno de los detenidos por el escándalo de corrupción en Petrobras, aseguró a la justicia que financió campañas electorales de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, y de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, reseñó la revista Veja.
Según un reporte de la agencia EFE, Pessoa, dueño de la constructora UTC, acordó colaborar a cambio de una reducción de pena y declaró que donó 7,5 millones de reales (2,4 millones de dólares) provenientes de prácticas corruptas a la campaña para la reelección de Rousseff en 2014.
Citó entre los beneficiados de sus donaciones a los actuales ministros de la Presidencia, Aloizio Mercadante, y de Información, Edinho Silva, quien el año pasado fue tesorero de la campaña de la mandataria.
La publicación añade que Pessoa confesó haber donado 2,5 millones de reales (804.000 dólares), con el mismo origen ilícito, para la campaña que llevó a la reelección de Lula en 2006.
El empresario también implicó en el caso al actual senador y expresidente Fernando Collor de Melo, destituido en medio de un escándalo de corrupción en 1992; al alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, y a nueve legisladores (del oficialismo y de la oposición).
Las corruptelas en Petrobras, que se investigan desde hace año y medio, han llevado a la detención de decenas de empresarios, exdirectivos de la estatal y políticos, entre ellos el extesorero del PT Joao Vaccari.
La justicia investiga además a medio centenar de políticos, incluidos los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renán Calheiros, ambos del partido que lidera el vicepresidente Michel Temer.
La petrolera ha admitido en sus balances que 2 millardos de dólares fueron desviados desde 2004 mediante esas prácticas corruptas. La policía sostiene que las empresas privadas involucradas obtenían contratos amañados con Petrobras, inflaban los precios y repartían las diferencias entre algunos directivos de la compañía y políticos que amparaban las irregularidades.
En muchas ocasiones, según las autoridades judiciales, el dinero era entregado a los partidos políticos bajo la forma de donaciones legales para campañas, que eran debidamente registradas, pero tenían origen ilícito.