El presidente estadounidense, Donald Trump, oficializó este lunes la designación del movimiento Antifa como «organización terrorista doméstica». La orden ejecutiva le atribuye un patrón sistemático de violencia política contra instituciones como el ICE y faculta a los organismos federales a investigar, desmantelar y perseguir toda operación ilegal vinculada a este movimiento descentralizado de izquierda.
Trump responsabilizó a la «izquierda extrema» de la violencia en el país y conectó a Antifa con el asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre en Utah y cuyo funeral reunió a más de 90.000 personas. Aunque en 2020 el FBI señaló que Antifa era una ideología más que una organización formal, la decisión marca un nuevo giro en la política de seguridad interna de EE.UU.