La organización advierte que la prevalencia de la violencia física y/o sexual varía entre los países y en algunas naciones esta violencia afecta en algún momento a un 14% de las mujeres, y en otras puede afectar a casi el 60% de esa población femenina, como es el caso de Bolivia.
Este es un fenómeno extremadamente extendido que afecta a un gran número de mujeres, pero todavía no hay un apoyo que responda a la magnitud de este problema.
“En nuestra región, la violencia por parte de la pareja es la forma más extendida de violencia contra la mujer y afecta a una de cada tres mujeres en América”, dijo Isabella Danel, directora adjunta de la OPS en una conferencia en Washington.
Para Alessandra Guedes, consejera regional sobre violencia intrafamiliar en la OPS, este es un fenómeno extremadamente extendido que afecta a un gran número de mujeres, pero todavía no hay un apoyo que responda a la magnitud de este problema.
“Aunque ya sabemos que el problema tiene una magnitud increíble y que hay intervenciones que podemos implementar para prevenirlo, seguimos sin políticas o con políticas que no son financiadas para poder ver cambios concretos”, explicó Guedes a la AFP.
En el caso de Nicaragua, los datos descendieron debido a un cambio cultural, una voluntad política del gobierno y una fortaleza de la sociedad civil.
La organización advirtió que la violencia contra las mujeres implica muchas consecuencias para la salud, entre ellas la muerte, ya sea por asesinato, suicidio o por enfermedades asociadas a infecciones y casos de mortalidad materna.
“En la mayoría de los países no podemos medir la tendencia porque apenas se ha hecho uno o dos estudios y estamos estudiando esto hace apenas 20 años”, explicó a la AFP Mary C. Ellsberg, directora del Instituto Global de la Mujer de la Universidad George Washington, que participó en la conferencia.
Ellsberg ha estudiado a lo largo de los años el caso de Nicaragua, donde constató que se vio un descenso muy grande de la violencia y principalmente porque confluyeron un cambio cultural, una voluntad política del gobierno y una fortaleza de la sociedad civil.
Sin embargo, la experta advirtió que “cuando esa voluntad política se pierde, como ha sido el caso de Nicaragua, donde ha habido una fuerte represión contra las defensoras de los derechos humanos, esos logros están en peligro de perderse”.
ElTocuyoAlDia
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