REPORTA, INFORMA, ENTÉRATE Sígueme en WhatsApp Sígueme en Twitter Sígueme en Facebook GRUPOS EN WHATSAPP Sígueme en Instagram Sígueme en RSS Sígueme en Telegram Sígueme en Youtube!
@ElTocuyoalDia

Reporta! Informa! Entérate! WHATSAPP +51930426579

Vialidad hacia caseríos está en su peor estado

Desde hace tres meses se ejecuta una engranzonada de la carretera de Guarico, por parte del Gobierno Nacional

Una especie de río sin agua, con canaletas y enormes piedras, es lo que hay a lo largo y ancho de la carretera que conduce a los caseríos de Guarico,municipio Morán.

Ésta es la descripción que le dan los propios habitantes a la vía destrozada por la que han tenido que transitar desde hace más de 50 años.

Sufrir de constantes dolores en los huesos y riñones es parte de las consecuencias que deja la “batuqueadera” en los vehículos a la hora de transitar por la desmoronada vía a un mínimo paso de 40 kilómetros por hora.

Parte de esta experiencia la viven más de mil familias de los sectores La Montaña, Ojo de Agua, El Cielito, Villa Nueva y Los Bucares. Anhelan que al menos una gotica de petróleo sea regada por toda la vía, para tener la carretera medio aplanada.

El mal estado de la vialidad, que con la llegada de la lluvia cada día se destruye más, es una de sus más graves limitaciones, que a diario los priva de contar, sobre todo, con transporte público.

La señora Maritza Ramos, de 68 años de edad, habitante del sector Ojo de Agua, cuenta que pocas veces sale de su casa, porque no tiene vehículo propio. Por emergencia y necesidad de salir hasta el pueblo, le toca pedir colas a cualquier conocido o sentarse a esperar uno de los pocos Jeep que funcionan de taxi y que aún se meten a la zona para que la traslade al pueblo.

Entre 100 y 200 bolívares debe tener la dama para salir y regresar a la montaña en donde se encuentra su caserío, sin contar el pasaje que gasta en el pueblo o si le toca trasladarse hasta El Tocuyo o Barquisimeto.

Aunque regularmente el pasaje dentro de la montaña es cobrado en 40 o 50 bolívares, los choferes se han visto en la obligación de aumentar las tarifas, en vista de que sus vehículos y medios de trabajo sufren severos daños al transitar por las destrozadas vías.
Otro transporte público usado por los más jóvenes son las motos. Sin embargo, éstas causan más incomodidad, porque les pone a “brincar hasta los riñones”.

El transporte público no es el único afectado. Habitantes que también tienen sus camioneticas cuentan que, en ocasiones, prefieren andar a pie por el caserío que en sus carros, en vista de que al dañárseles no consiguen los repuestos.

“La vialidad es nuestro peor mal. En ocasiones, quienes tenemos vehículos preferimos caminar, para que no se nos dañen las camionetas. Cuando llueve, la cosa se pone peor”, denuncia la señora Isbeida Torres.

Habitantes hacen un llamado para que se aboquen a ejecutar un buen proyecto de vialidad.

Ednelly Evíes | La Prensa